Suhaila y las gotas de la vida
Carmen
y Suhaila se conocían desde hace 3 años. Suhaila era de África y todos los
veranos los pasaba en España con la
familia de Carmen. Se llevaba muy bien con ella. A Suhaila le encantaba España,
el agua sobre todo. Para ella era sorprendente ver girar un grifo y que saliese
agua. En su tribu eso seria imposible. Ellos tenían que recorrer grandes
distancias todos los días para tener una gota de agua que beber. Una noche iba
a salir con Carmen , pero de repente comenzó a llover. Le pareció increíble ver
cómo su amiga se quejaba y maldecía la lluvia.
-¿Te enfadas porque llueve? En mi
tribu daríamos lo que fuera por una gota de lluvia, una milésima gota. El día
que llueve tenemos una razón para sonreír, los cultivos mejoran y podemos
recoger agua. Agua limpia, natural. El agua que vosotros derrocháis todos los
días con tan solo un giro de un aparato,
y que no sabéis valorar. Si yo tuviera un grifo para abrirlo y cerrarlo
a mi antojo, seguro que lo cuidaría como una joya. No desperdiciaría ni una
gota, pero claro, tú esto no puedes comprenderlo, no has pasado días seguidos
sin llevarte un vaso a la boca y sentir cómo recorre tu cuerpo. A veces hay
gente egoísta hasta para querer que no llueva, sin darse cuenta de que quizás
en otro lugar del mundo, otras personas estén sonriendo por ese simple hecho...
El
agua es la vida, el cristal en el que se refleja mi mirada con una sonrisa
cuando sé que mi familia ese día tendrá una gota que recorra su cuerpo. Es el
componente más importante de la vida, sin agua nada de esto tendría sentido. No
merece la pena lamentarse porque llueva, si el agua no existiese la vida
acabaría, sin embargo si tú no existieses,
todo seguiría su curso. Piensa en su importancia, y en mi sonrisa al ver
que el cielo nos proporciona unas gotitas de amor.
Fátima Fernández
Holguín1º bto A
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